Se detuvo para contemplar los abismos sin fondo que se formaban en la encrucijada a capricho propio. Nada ni nadie conocía de su función si es que tenían alguna, ni de como fueron creados en un principio. Forman parte de esas constantes que habitan las realidades desde su nacimiento. Parecidos en forma a los accesos que se utilizan para cruzar los mundos, pero a una escala gigantesca. El algunos mundos se les confunden con agujeros negros, eso seria un error ya que los abismos son seres vivos. De que se alimentan? se desconoce, pero es tal su belleza en color y forma que Miguel no pudo evitar detenerse ante la aparición de uno de ellos.
- Si pudieras consumir mis preocupaciones! con gusto me lanzaría hacia tu interior. Todo se desmorona pero a ti eso no te importa ¿ verdad?. Tu existes en esta y demás realidades, ¿ que mas das sin tantos milenios de creación y esfuerzo son devorados por el insaciable apetito de un monstruo?.-
Abatido, Miguel se tenso sobre una roca que iba a la deriva en la encrucijada, sobre sus hombros el peso de cientos de mundos aplastaba las emociones que sentía hacia su padre.
- ¿ Por que padre?. De entre todos tus hijos as elegido al caído para sentarse a tu lado.! ¿ En que te he fallado?.-
El abismo desaparecía quizás saciado o quizás ya hubiera terminado aquello para lo que apareció en aquel lugar. ¿ Desaparecer ? no, menguaba su tamaño. Se hacia mas y mas pequeño hasta que tomo la forma circular y del tamaño de una rueda de carromato. Miguel no lo percibió, flotando frente a el, a unos pocos metros de donde se encontraba atormentándose con sus dudas.
- TANTO DOLOR PARA UN SER TAN HERMOSO. ME INTRIGAS DIME ¿ QUE ERES?, ¿ POR QUE SUFRES PERTURBANDO MI DESCANSO....
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