- Nunca supiste mentir OLOG. He tardado mas de lo esperado en encontrarte, pero en estos tiempos la realidad esta revuelta y no es fácil percibiros hermanos míos.-
El encapucho extrajo su brazo del pecho de Olog y sin que nada lo sostuviera su cuerpo cayo a tierra como una rama partida por el viento. Miro fijamente el corazón que yacía sobre su palma y como reducía su tamaño a la vez que extraía el poder de su interior.
- Nunca quise esto para ti ni para ninguno de los otros hermano, siempre le servimos obedientes y sin dudar en sus deseos. Pero algunos de nosotros tuvimos que ir mas allá en sus caprichos. Si conocieras lo que aprendí en mis viajes, los mundos que infecte y las almas de las que me alimente, podrías comprenderme hermano.-
El cadaber a sus pies respondía con un eterno silencio ante el monologo de su asesino.
- ¿ No dices nada?, oh claro discúlpame hermano no puedes ahora que no habitas un recipiente aun así estas dentro de mi, he unido tu poder al mio y se que vuelas por los recovecos de mi mente. Todos intentáis escapar y algunos creéis que la locura podrá detenerme. Os esquivocais, ¿ me escucháis ? ese camino hace mucho que lo recorro y no guarda secretos para mi. Tenemos un largo viaje por realizar aun quedan algunos de nuestros hermanos por reclutar, antes de que reclame el gran premio.-
-Te detendrá, ella no lo permitirá.
Por primera vez se atrevieron las voces de sus hermanos a hablarle, lo que hizo sonreír amargamente a THAAR.
- ¿ Ella?, se fue y nos dejo. Ni siquiera acudió a la reunión de las almas, no ella no volverá y si lo hiciera are que no olvide jamas el dolor que sus hijos sintieron. Vuelve si te atreves madre, te juro que te arrancare tu negro corazón....
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